'Elefantes blancos' en la salud de Piedecuesta
Publicado en Edición 53 | Miércoles 24, de Octubre de 2018 | Actualizado el Jueves, 15 de Noviembre de 2018Piedecuesta es un municipio de Santander con un área de 481 Km2 y más de 156 mil habitantes, este cuenta con un hospital y 3 puestos de salud en funcionamiento. En el año 2015 se hizo una inversión para aumentar los puntos de atención en el área rural y urbana, después de tres años desde su construcción estos siguen sin funcionar.
![[FOTO 1]: 'Elefantes blancos' en la salud de Piedecuesta](/media/k2/items/cache/0fcccca5b510e5bb86a94045046d252d_Generic.jpg)
Vivir en un sector rural del área metropolitana de Bucaramanga no debería ser un impedimento para recibir tratamiento de prevención de enfermedades y contar con un servicio de atención prioritaria.
Marina Mantilla es una mujer de 78 años, habitante de la vereda La Esperanza, de Piedecuesta. A su edad comenzaron algunas complicaciones de salud, como la hipertensión arterial, “lo más difícil es que no cuento con dinero para los pasajes y así poder ir a los controles médicos en Piedecuesta. Un puesto de salud acá hace mucha falta”. Aseguró para Plataforma
Marina y otros habitantes de esta zona no cuentan con un centro asistencial en funcionamiento y deben movilizarse hasta el casco urbano para recibir atención médica.
Una persona de la zona, quien prefiere reservar su identidad, mencionó que hacia 1996 funcionaba un puesto de salud. Allí le brindaban los primeros auxilios a las personas que lo necesitaban y, a pesar de que esta estructura no era moderna en esa época, sí contaban con una enfermera y elementos médicos para prestar un servicio permanente a la comunidad.
Ahora el Hospital Local de Piedecuesta no realiza jornadas de salud en las instalaciones de ese puesto de salud, sino en la escuela. El puesto de salud está en el predio de la Escuela Rural La Esperanza y fue remodelado en 2015.
Para llegar a la vereda La Esperanza se debe tomar transporte público. El traslado a este lugar puede tardar una hora, el servicio no es constante, dicho recorrido está disponible en tres momentos en la mañana, a mediodía y en la tarde. Fuera de estos horarios las personas se movilizan desde El Guayabal, en la vía central, sea a pie o en transporte informal. Sus carreteras están sin pavimentar y en épocas de lluvia se dificulta más el desplazamiento.
La vereda La Esperanza hace parte del territorio de la meseta “Mesa de los Santos o Mesa de Jéridas” y pertenece al municipio de Piedecuesta, a pesar de figurar en el mapa oficial no se encuentra una cifra exacta de sus habitantes. En las estadísticas manejadas por el DANE y el Plan de Desarrollo 2016 – 2019 de Piedecuesta, no se establece una información detallada por veredas, sino una cantidad por sectores como Sevilla, Úmpala, La Mata y Uno.
Ana Rojas, habitante de La Esperanza, recuerda que desde que llegó a la vereda hace más de 10 años, el puesto de salud no ha funcionado. A pesar de las constantes movilizaciones de la comunidad por medio de firmas y solicitudes a las autoridades locales, no ha surgido una solución.
Ana cuenta cómo se ha visto afectada por esta situación, porque su esposo meses atrás sufrió un preinfarto; ante su grave estado de salud debió ser trasladado al centro de atención más cercano de Piedecuesta. Ir hasta allí implica contratar un servicio particular o transportarse en bus; el costo de una carrera en un carro privado o un taxi puede estar entre 70 mil pesos y más de 100 mil pesos, o más, dependiendo del horario.
Paseo del Puente II
El problema de los puestos de salud no solo ocurre en el área rural; también en la urbana. A unos minutos del parque La Libertad de Piedecuesta está el barrio Paseo del Puente II, uno de los dos puntos designados por la Alcaldía Municipal para la construcción de un centro asistencial con una inversión de más de 500 millones de pesos, que hoy presenta un gran deterioro en su fachada, la pintura se ha empezado a caer, uno de los cielos raso se encuentra completamente caído y la maleza de los alrededores hace del punto un lugar un foco de posible inseguridad.
Carlos Sanguino, presidente de la Junta de Acción Comunal, hizo un llamado al actual alcalde Danny Ramírez, sobre la necesidad de poner en funcionamiento los centros asistenciales que hace tres años fueron construidos: “Estos puestos de salud se gestionan a partir de un clamor de la misma comunidad y de los presidentes de las Juntas de Acción Comunal en el sector sur de Piedecuesta.
Con firmas de la comunidad y en los debates de los consejos comunales del anterior mandatario, se logró la destinación de recursos para la construcción del puesto de salud ubicado en la zona. Vemos que el tiempo pasa y están abandonados, en su interior se encuentran unos elementos de valor. Se requiere de carácter urgente de parte de la Administración Municipal una intervención para que inicien su funcionamiento”. En las instalaciones se hallan equipos para odontología, primeros auxilios, consultas médicas, equipos de esterilización, elementos para el desarrollo de actividades de promoción y prevención. Además, muebles, enseres, computadores y equipamiento de comunicación.
Carlos Sanguino evidenció la crítica situación de las veredas. “En el área rural hay cuatro puestos de salud abandonados. Es triste que los habitantes de estas zonas tengan que desplazarse en moto o en condiciones no óptimas a recibir servicios médicos”, aseguró.
En Veredas como Planadas, San Isidro y el corregimiento de Umpalá, además de contar con un limitado sistema de transporte, se repite la misma situación de abandono de estas instalaciones: techos caídos y paredes en deterioro. El costo de estos tres puestos de salud es de 2 mil 164 millones de pesos, se encuentran ubicados en el área rural de Piedecuesta, los cuales beneficiarían a aproximadamente 8 mil habitantes del sector de Sevilla que comprende 11 veredas, entre las que se encuentran Miraflores y Planadas. En el corregimiento de Umpalá se encuentra un tercer centro de salud que beneficiaría a casi 4 mil habitantes de 7 veredas.
![[FOTO 2]: 'Elefantes blancos' en la salud de Piedecuesta](/media/k2/items/cache/0fcccca5b510e5bb86a94045046d252d_2_Generic.jpg)
El Refugio
El Refugio es uno de los barrios con mayor antigüedad en Piedecuesta. En 2008 contaba con un centro de salud en total funcionamiento, en dos casas donadas por el desaparecido Instituto Nacional de Vivienda de Interés y Reforma Urbana, Inurbe. Estos espacios están abandonados, convirtiéndose en un punto de inseguridad para los habitantes de la zona.
En 2015 la Administración Local incluyó a este barrio dentro de aquellos en los que se construiría un centro de salud, para lo cual se destinaron 600 millones de pesos que serían invertidos en la edificación de un nuevo puesto de salud.
Un habitante que ha vivido por más de 20 años en este sector expresó su preocupación frente a la necesidad de que estos puestos de salud funcionen. En su momento este centro médico prestaba servicios de primeros auxilios, consultas médicas, control de crecimiento y desarrollo en los niños; citologías y jornadas de vacunación. Dando prioridad a población vulnerable.
Este habitante afirma que “con el tiempo y el pasar de las administraciones departamentales, municipales y barriales, esto decayó. Las razones de por qué los anteriores puestos de salud donados por el INURBE hayan sido cerrados nos son claras, ni están registradas por ningún medio regional hasta la fecha. Agrega este residente del sector que: cuando se hizo este nuevo establecimiento el alcalde de la época, Ángel de Jesús Becerra, finalizaba su mandato y estos puntos de atención eran responsabilidad del departamento; por esta razón están en el limbo”.
¿Quién responde?
![[FOTO 3]: 'Elefantes blancos' en la salud de Piedecuesta](/media/k2/items/cache/0fcccca5b510e5bb86a94045046d252d_3_Generic.jpg)